Se trata de una pequeña casa que pese al tiempo transcurrido con sus múltiples usos y transformaciones mantiene un aire decididamente sevillano y añejo que nos transporta a otra época, a la Sevilla del Siglo de Oro. Las pequeñas proporciones que mantiene en cuanto a altura y el tamaño de las puertas y ventanas del exterior dan idea de la escala usual de la arquitectura doméstica de entonces. Una pequeña y discreta placa nos recuerdan la efemérides del pintor. Es casi un milagro que se salvara de la tremenda demolición del siglo pasado y tras ser sede del Centro de Arte M-11, fue adquirida por los diseñadores Victorio & Luchino. En el año 1999 hubo un acuerdo para que se visitara pero actualmente ya no es posible. Dejamos aquí un enlace del programa de televisión Callejeros donde hicieron un interesante reportaje.
El barrio en el que se sitúa históricamente la casa y que es, por tanto, en el que Diego pasó su niñez (concretamente sus primeros 11 años de vida) es el de la Morería que no era más que una evolución de una judería sevillana. Una de las primitivas juderías que hubo en la ciudad y cuya población se movió hacia San Bartolomé y el Barrio de Santa Cruz.
Al reconquistarse Sevilla, el gobernador musulmán Axataf la entregó vacía según se había estipulado en el acta de rendición. Enseguida Fernando III procedió a su repoblación con el famoso Repartimiento de casas. Primero donando a los que habían contribuido a la gesta militar y luego dejando residir a gremios o grupos como a un cierto número de judíos que se establecieron en lo que hoy es la Plaza Cristo de Burgos, zona que junto a los aledaños, pequeñas y estrechas callejuelas al modo de plano irregular de toda ciudad musulmana, se llamó el Adarve. Tras el reinado de Pedro I, los judíos se trasladaron al actual barrio de San Bartolomé. Ahí se encuentra la auténtica judería sevillana que de tal amplitud llegaba a lo que hoy es el Barrio de Santa Cruz, en ocasiones encorsetado como judería pese a estar más transformado. Esta Judería persistió de 1360 aproximadamente hasta la expulsión decretada por los Reyes Católicos en 1492. Si bien, el terrible progrom de 1391 diezmó considerable a la población judía que en parte se dispersó por otras zonas de la ciudad, mezclándose más con sus habitantes.
Cuando la población hebraica dejó la zona de San Pedro se asentaron moriscos que aún vivían en Sevilla pero eran bien pocos y abandonaron la zona y la ciudad, definitivamente, el 12 de febrero de 1502, según un documento en el que entregan al Asistente de la ciudad (cargo equivalente al de actual alcalde) el barrio y su mezquita.
Un siglo hay entre estos hechos y la infancia de Velázquez en esa collación. No obstante, aunque ya no hubiera rastro de la población morisca, las calles y sus casas seguían presentando esa fisonomía árabe peculiar sobre todo en el entramado tan enrevesado.
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Fuente: Dossier elaborado por Paseos por Sevilla.
[1] La Casa de Velázquez en Madrid no es un lugar vinculado a la biografía del pintor sino una institución dedicada al hispanismo del Ministerio de Cultura francés.
[2] Coscoja es el nombre de un arbusto de la familia Quercus (encina).
[3] Carmelita y escritor, nacido en Castellón de la Plana pero muy vinculado a Jerez. El rótulo de la calle se debe, sin duda, a la cercanía del Convento Carmelita del Buen Suceso.