
En el siglo XVI eran pocos los que ejercían trabajos profesionales o liberales como éste. Los médicos sevillanos no estaban bien pagados y la mayoría vivían modestamente aunque no eran muchos y podían estar al sevicio del poder (el Cabildo Municipal, las cárceles, los hospitales religiosos) o de personajes importantes. Una excepción la constituirá nuestro protagonista.
No sólo ejerció la medicina en Sevilla sino que mantuvo actividades comerciales relacionadas con medicinas y el tráfico de esclavos. En aquella época ya había una especie de Mir pues la legislación establecía ejercer durante dos años bajo la tutela y supervisión de un médico cualificado y prestigioso antes de obtener el grado de Licenciado. Desde 1534, sabemos que Monardes estuvo ejerciendo con el médico Pérez de Morales, el cúal tenía una afamada y numerosa clientela que herederá pues además se casa con su hija, Catalina de Morales, el 7 de septiembre de 1537. Con ella tendrá siete hijos: García, Leonor, Dionisio (Leonisio), Isabel, María, Jerónima y Nicolás.
Se interesó por las nuevas plantas procedentes de las Indias y gracias a la posición privilegiada de Sevilla, que era Puerto de Indias y única entrada de todo lo que viniera de allí, puedo desarrollar sus investigaciones que marcan un hito en la ciencia, aunque por desgracia el personaje no sea muy conocido en su propia ciudad.


Sus estudios e investigaciones quedaron plasmados en las obras que escribió. La primera es Diálogo llamado pharmacodilosis (1536) donde sigue la corriente humanista, por influencia de Antonio Nebrija, de recomendar el estudio directo de los clásicos. Otra obra de estilo humanista es De Secanda Vena in pleuriti Inter Grecos et Arabes Concordia (1539) que se ocupa de la sangría del mal de costado, un tema donde se enfrentaban humanistas y los de tendencia arabizante. Los libros De Rosa et partibus eius (1540), otro a la nieve (1571) y otro al hierro (Dialogo del hierro, 1574).
Su libro más importante es Historia Medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales (son tres partes publicadas en 1565, 1571 y 1574). Son obras escritas en castellano pues fueron traducidas al latín.
Pero antes de dedicarse el estudio de plantas exóticas, labor fundamental que lo sitúa como iniciador de la farmacología moderna, su labor médica no era desdeñable dede el punto de vista científico. Criticó los arcaicos métodos del tratamiento médico y se le considera uno de los médicos renacentistas más importantes.
Su labor y obra fueron conocidos ampliamente pues a su muerte se imprimen y se traducen sus libros en 42 ediciones y 6 idiomas. Con su nombre se bautizaron dos plantas originarias de América del Norte: la monarda y la monardella.
Centrándonos de nuevo en su faceta biográfica en Sevilla, fue un médico muy prestigioso que curiosamente no fue nunca a tierras americanas pues no se conocen viajes suyos ni aparece en ningún listado de pasajeros (hay quién afirma que sí estuvo allí y que ejerció la medicina en Nueva España hasta instalarse para siempre en su ciudad. Su hijo García Monardes sí parece que estuvo). Algo que sorprende pero que era habitual entonces entre gente importante. Las plantas americanas les llegaban por barcos y sus negocios y transacciones las hacía también por barco. Esos negocios le permitieron vivir holgadamente e invertir en otro negocios que le reportaron pingües beneficios. Aquí entra un aspecto negativo que constituiría la leyenda negra de su biografía. En una obra critica el uso de plantas exóticas en la medicina cuestionando que con el tarslado y manipulación de las mismas no se mantenían las propiedas originales. Luego sí defiende sin ambages su uso. Si sólo fuera un cambio de actitud mental que se debiera a los descubrimientos científicos que logra, no se hablaría de esa leyenda negra, pero fue la venta de plantas americanas lo que le enriqueció por lo que se puede apuntar a esos beneficios económicos el cambio de actitud. Sin embargo, la labor de Monardes se sigue considerando hoy fundamental y su figura debería ser más conocida, al menos en Sevilla.
Entre 1580 y 1582 el Cabildo hispalense lo requiere para el control de la epidemia de peste que asola la ciudad y escribe unas Epístolas sobre medidas y medicamentos a emplear.
Los últimos años son bastante sombríos para él.
Murió el 10 de octubre de 1588 (su testamento es de 4 de junio) en Sevilla, a una edad muy longeva como vemos (aunque algunas fuentes sitúan su nacimiento entre 1507-8). Quizá descubrió el elixir de la juventud en aquél edén que debió ser su jardín sevillano de la Sierpes. Está enterrado en el Convento de San Leandro, en cuya iglesia hay una lápida que lo recuerda y en cuyo altar está la inscripción original.

Árbol genealógico:
Juan Ruiz
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Nicolás Monardes = Ana de Alfaro Pedro de Morales (médico)
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Juan Bautista, Nicolás Monardes y Alfaro = Catalina de Morales
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García, Leonor = Rodrigo de Brizuela, Dionisio, Isabel, María, Jerónima, Nicolás.
Ana de Alfaro (madre de Nicolás Monardes): en su matrimonio ella aportó una dote de 180.000 maravedíes en plata, esclavos, dinero y una casa que le dió su tío el arcediano de Badajoz en la calle de la Sierpe. Él aportó çiertos libros de molde (parece ser que era librero) y una esclava. Su testamento es del 10 mayo 1522 y pidió que la enterrasen en San Francisco, junto a su marido.
* Artículo de Antonio Hermosilla en Abc
HACIA LA LIBERTAD DE LOS PUEBLOS , LUCHAD POR LA INDEPENDENCIA CONTRA EL OCUPANTE ESPAÑOL !!!
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